Los tres grandes operadores móviles españoles iniciaron una tendencia a la concentración que empezó con la apuesta de Movistar por la modalidad de fusión.
Esto hizo que Vodafone y Orange vieran que el hecho de tener una fibra óptica potente era ya algo imprescindible, motivo por el cual la empresa británica compró Ono y la francesa se ha hecho recientemente con Jazztel.
Sin embargo esto provocó una reducción bastante fuerte de la competencia motivo por el cual los organismos reguladores de Bruselas obligaron a Orange a poner en venta parte de la infraestructura física de Jazztel.
Esta parte de la red es la que se solapaba en Orange y Jazztel y la operadora que se ha quedado con la misma es MásMóvil, que sigue invirtiendo para lograr convertirse en la cuarta operadora española.
De este modo el operador amarillo podrá ofrecer una oferta convergente más competitiva que la que tiene hasta el momento que meramente es testimonial.
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